
Ciudad de México.- Iván Morales Corrales, exsuboficial de la desaparecida Policía Federal y uno de los pocos sobrevivientes del ataque en que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) derribó un helicóptero militar en 2015, fue asesinado la mañana del martes 30 de abril en Temixco, Morelos.
Según informes oficiales, el ataque ocurrió alrededor de las 8:00 horas en el fraccionamiento Las Brisas. Morales viajaba en una camioneta negra junto a una mujer cuando hombres armados los interceptaron.
De acuerdo con medios locales como El Diario de Morelos, los agresores se desplazaban en una camioneta blanca tipo Urban, con la que bloquearon el paso y abrieron fuego en repetidas ocasiones. Se contabilizaron al menos 15 disparos. Testigos relataron que los atacantes huyeron corriendo hacia la avenida principal, donde los esperaban motocicletas.
Servicios de emergencia acudieron al sitio y confirmaron que tanto Morales como su acompañante fallecieron a causa de múltiples heridas de bala.
Aunque hasta el momento no hay personas detenidas, fuentes citadas por El Universal señalaron que una de las líneas de investigación apunta a una posible venganza relacionada con la trayectoria de Morales como exagente federal.
Morales fue uno de los sobrevivientes del llamado “Viernes Negro”, el 1 de mayo de 2015, cuando durante la Operación Jalisco —un operativo de alto impacto diseñado para capturar a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”— un helicóptero militar Cougar fue derribado por sicarios del CJNG en Villa Purificación, Jalisco.
Morales formaba parte del equipo federal a bordo del Cougar, que transportaba a 18 elementos entre militares y agentes federales.
La operación, según él mismo relató en una entrevista con Univisión en 2023, era de extrema confidencialidad. No se les brindó información táctica para evitar filtraciones.
“Nosotros no llevábamos comunicación para nada”, explicó.
El helicóptero en el que viajaba tenía la misión de abrir el perímetro aéreo, pero al ingresar a la zona fue recibido por una ofensiva brutal. El CJNG utilizó armamento de guerra, incluyendo un lanzacohetes RPG-7, un fusil Barrett M82 y una ametralladora Browning M2. Dos granadas impactaron la aeronave, dañando el rotor.
“Muchos del personal que íbamos fallecieron en ese momento”, recordó Morales hace años.
Muchos del personal que íbamos fallecieron en ese momento”, recordó Morales hace años.
Gracias a la pericia del piloto, lograron aterrizar de emergencia sin caer en picada. Al tocar tierra, el helicóptero ardía en llamas y estaba bajo fuego enemigo. Morales, sin lesiones visibles, intentó responder al ataque con su arma, pero su uniforme comenzó a incendiarse.
“Salí y sí me empecé a quemar muy rápido”, relató. Logró quitarse la chamarra y el chaleco antibalas, lo que le permitió apagar las llamas al rodar por el suelo. Gravemente herido, se ocultó detrás de una piedra hasta que un equipo de rescate logró sacarlo del lugar.